La historia de este templo comenzó en 1615 con la venida a Murcia de las fundadoras del Convento, pero debido a la deficiente edificación y a las continuas riadas que lo inundaban tuvieron que derribarlo, pasando a construir otro de mayor entidad financiado por el obispo Francisco de Rojas y Borja quien mandó ser enterrado en él.
En 1729 con el aumento de vocaciones y el gran momento económico por que pasaba la ciudad en esos momentos de principios del siglo XVIII (del llamado siglo de oro murciano), aconsejaron aprovecharlo para construir un tercer y definitivo Monasterio financiado parte por el obispo Tomás José Ruíz Montes.
Pasando al 1837 en que con la desamortización de Mendizábal tuvieron que abandonar las religiosas el edificio, volviendo de nuevo en la década de los 60 del mismo siglo, constando que fue visitado por la Reina Isabel II en 1862 cuando estuvo en la ciudad.
El 20 de julio de 1936 al comenzar la Guerra Civil española tuvieron que abandonarlo nuevamente, pasando a ser convertido en cárcel y acuartelamiento sufriendo graves daños el edificio y su patrimonio, pero afortunadamente se pudo salvar el Retablo del altar mayor y numerosas obras escultóricas gracias a la Junta de Protección del Patrimonio Artístico creada por el alcalde socialista Fernando Piñuela.
En 1939 al terminar la contienda de nuevo fue utilizado como campo de concentración de los numerosos detenidos inicialmente, y consta que desde aquí eran sacados regularmente algunos presos para llevarlos a ser fusilados en el cementerio de Espinardo.
El año 1956 fue otra fecha destacada cuando una gran riada que originó pérdidas en las viviendas de los huertanos les sirvió de acogida a sus familias, mientras se recomponían sus calamitosos y menguados medios de subsistencia.
El conjunto está formado por el Convento articulado en tres patios, la Iglesia y el Huerto.
En la fachada que conserva el mismo aspecto que en 1729 destaca la Custodia que da nombre al Convento y un ático-frontón semicircular coronándola. A la izquierda de la fachada se sitúa la espadaña (campanario de una sola pared).
Su interior de traza barroca, tiene planta de cruz latina, nave dividida en tres tramos y capillas laterales intercomunicadas, con amplio crucero cubierto por la cúpula sobre tambor, presbiterio rectangular con un bello retablo y coro situado en el brazo izquierdo del crucero en la zona de contacto con el convento.
El valor estético combina la austeridad con la complacencia de lineas y riqueza plástica y cromática de los interiores.
Detalle de la fachada
Imagen de la Custodia en la hornacina de la fachada
Enclave en el barrio, obsérvese que la veleta de la cúpula representa la Custodia
Vista aérea en la que se divisan la cúpula, la espadaña, el patio y parte de la fachada posterior
Fachada posterior en la calle San Agustín
Escudo con el símbolo de la Eucaristía advocación de la Orden, que se puede ver en la anterior foto
Fachada anterior en la calle de las Agustinas
Perspectiva del patio interior
Otra vista del patio
Retablo del altar mayor, de José Ganga Ripoll siglo XVIII
Detalle del retablo del altar mayor
Cúpula con frescos de Juan Ruíz Melgarejo del siglo XVIII, donde se representan una serie de criaturas angelicales adorando al Cordero Místico, símbolo de la Eucaristía que es la advocación de la Orden
Detalle del púlpito y al fondo la imagen de San Miguel Arcángel
Religiosas en la zona del coro que da vista al altar mayor
Veamos seguidamente las imágenes más representativas del templo
San Agustín de Francisco Salzillo de 1670, representado con indumentaria episcopal con una pluma en su mano derecha y pisando herejes
Santa Cecilia de Roque López del 1783, representada como una gran dama de la corte con traje de fiesta
San Miguel Arcángel de Dupar del siglo XVIII
Como colofón las monjas agustinas, su templo y en el centro la Custodia que da nombre al Convento