Siempre arrastramos un poso de parte de nuestra historia y de la cultura de nuestros antepasados, como se puede apreciar en esta fotografía actual.
“EL MISTERI” DE ELCHE
El “Misteri de Elche” es un drama sacro-lírico religioso que recre la Dormición, Asunción y Coronación de la Virgen María que se celebra cada año en la Basílica de Santa María la primera parte conocida por “La Vesprá” el día 14 de agosto y la segunda “La Festa” el 15 de agosto, es de destacar que todo el séquito que acompaña a la Virgen, tanto las dos Marías como los ángeles las está expresamente indicado que deben ser exclusivamente niños.
Esta basado en una obra de mitad del siglo XV, cuyo original se perdió, pero se conserva en el Ayuntamiento la copia más antigua que se tiene del año 1709 y se trata de una Consueta (Cuaderno de apuntes para los Mestres de la Capella, en el cual se anotaba el ritual a seguir).
El texto estaba escrito en “llemosí” o valenciano antiguo excepto algunos versos en latín, y está compuesto por 139 versos en la primera parte y 119 en la segunda con una versificación arcaica y en parte renacentista.
La parte musical más antigua pertenece al repertorio gregoriano que corresponden a los cantos de María y del Angel, y otras al medievo y renacimiento; a las partes más modernas se han ido incorporando diversos autores en 1548, 1521 y 1594 ya que “La Festa” ha tenido una constante evolución, pero solo en sus melismas y no en su texto ni en su música ya que quedaron fijados a fines del XVI.
LA VESPRA
La ceremonia comienza desfilando por la calle hacia el templo la Virgen, Mª Salomé, Mª Jacobé y seis ángeles hasta llegar a la puerta de la Basílica.
La Virgen penetra en el templo tras recibirla el Arcipreste y los Caballeros Electos y se arrodilla mostrando su intención de venir a reunirse con su Hijo.
Artefacto que interviene en este primer acto denominado “Mangrana” (granada) que desciende cerrada desde lo alto de la cúpula, que está cubierta de un amplio lienzo pintado recreando al Cielo
Continúa la Virgen con su séquito hacia el cadafal (escenario) levantado en el crucero, las puertas del Cielo se abren y desciende la “Mangrana” portando en su interior unos ángeles uno de los cuales anuncia a María su cercana muerte, entregándole una palma dorada para que sea portada en su sepelio y luego regresan al Cielo.
Por deseo de la Virgen penetran en el templo los Apóstoles (no hallándose Santo Tomás) dispuestos a asistirle en sus últimos instantes, tras lo cual aparece en escena San Juan vestido de blanco llevando en su mano el Evangelio y María le hace saber su Tránsito al Paraíso entregándole la palma, que al recibirla el santo entona un canto de tristeza. En todos los actos están presentes el arcipreste de la Basílica y los tres Caballeros Electos
Posteriormente sube San Pedro al cadafal portando las llaves del Cielo quedando muy sorprendido por el hecho
Más tarde entran los tres Apóstoles (El Ternari) al templo por tres puertas distintas saludándose, y cantando expresando también su sorpresa por tan triste noticia
Los tres apóstoles se reúnen en el cadafal con el resto del séquito en torno a María, que entristecida les dice que la entierren en el Valle de Josafat.
Con sus últimas palabras se produce la llamada Dormición de la Virgen cayendo en el lecho y los Apóstoles con velas encendidas entonan un canto que manifiesta la espera de su resurrección
Tras lo cual se abren otra vez las puertas del Cielo y tres adultos y dos araceli (ángeles) descienden cantando a la Madre de Dios, tomando posesión del alma de María (representada por una pequeña imagen) al tiempo que ascienden de nuevo al Cielo entonando los mismos cantos que al principio, con lo cual termina el primer acto de la representación
LA FESTA
Los momentos previos al sepelio de María son interrumpidos por la algarabía de un grupo de judíos con el Gran Rabino al frente, pretendiendo impedir el entierro y dirigiéndose al cadafal con la intención de llevarse el cuerpo de la Virgen
Entonces se entabla una lucha entre judíos y apóstoles interviniendo estos en defensa de María
Al intentar cogerla uno de ellos se produce el hecho insólito de quedarse todos paralizados
Ante semejante prodigio los judíos se convierten y manifiestan su fe en la maternidad divina de María
Interviene entonces San Pedro bautizándolos con la palma divina bajada del Cielo, tras lo cual todos ven recuperada inmediatamente su movilidad.
Apóstoles y judíos en unión proceden al entierro de la Mare de Deu, convirtiéndose en una solemne procesión alrededor del escenario para ser depositada en el foso del escenario, que se puede contemplar en la siguiente imagen
Foso del escenario (aquí mostrado) que se halla junto al lecho de la Virgen fallecida.
En ese momento el araceli desciende de nuevo para unir el alma de María a su cuerpo y llevarla a los cielos resucitada
La asunción de la Virgen es interrumpida por la presencia del apóstol Santo Tomás, que le pide disculpas por la tardanza ya que se hallaba de predicación por la lejana India.
Entonces el Padre Eterno envía una dorada corona imperial para que sea depositada sobre las sienes de la Virgen, coronándola como Reina de la creación.
Una lluvia venida del Cielo cubre de oro la escena, suenan las campanas, se dispara una salva de cohetes y los espectadores y actores la culminan cantando Visca la Mare de Deu
El araceli con la Virgen coronada y los ángeles sube al Cielo
Y los apóstoles junto a los judíos entonan finalmente el Gloria Patri.
BASÍLICA DE SANTA MARÍA (INTERIOR)
Ahora toca describir también la maravilla arquitectónica y lo más destacado de la rica imaginería que encierra el interior de la Basílica, encuadrando en sus distintos espacios las capillas e imágenes que lo integran: Nave Central, Presbiterio, Deambulatorio o Trasagrario y el Baptisterio, así como otros espacios singulares considerados interesantes.
Nave Central
PRESBITERIO
Vista del Altar Mayor del lado del Evangelio
Vista del Altar Mayor del lado de la Epístola
Baptisterio, con su pila bautismal de mármol de Carrara del siglo XVI
Capilla de los Santos Papas
Imagen de San Agatángelo y al fondo el órgano
Imagen de Jesús Triunfante, en su entrada al templo el Domingo de Ramos
Santa María Magdalena
Capilla de San José, de José María Escrivá
Capilla de las Ánimas del Purgatorio
Capilla de la Virgen de la Asunción, Patrona de Elche
DEAMBULATORIO O TRASAGRARIO
Jesús Nazareno con la Cruz a cuestas, de Nicolás de Bussy del siglo XVII
Imagen de Cristo Resucitado, de José Esteve Bonet de 1790 colmado de Aleluyas
Capilla de la Comunión, con la imagen del Sagrado Corazón de Jesús y rematado por las tres virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad. A la izquierda se puede ver un lienzo con la Virgen de la Leche del siglo XVII
OTROS ELEMENTOS INTERESANTES
Composición del ábside con su Cúpula dotada de vidrieras antiguas, dos de las cuales se pueden ver en detalle debajo
Vista del órgano y el organista
Baptisterio con dos pilas bautismales del siglo XI
Vista desde abajo de la Malgrana saliendo de la Puerta del Cielo
Vista desde arriba de la puerta hacia abajo del templo
Escalera de 170 escalones para subir al campanario
Puerta de acceso a la Torre-Campanario
Vista de Elche desde la Torre-Campanario
YO, EL PASTEL DE CARNE
La espiral continua (que muestra la foto) que se puede obtener a partir del centro mismo de esta cobertura de hojaldre fino es debida a disponer de una fórmula de masa muy tradicional de cada pastelero, que ha de ser sometida a un largo proceso manual de pliegues consecutivos una y otra vez sobre sí misma, correspondiéndose cada circulo de ella a un plegado.
El objeto de esta elaboración es vario, a fin de lograr que por el hecho de ser esta tapa tan extremadamente delgada resulte muy crujiente para que consecuentemente al ser cortada nos llegue esa agradable sensación de crujido al oído, a que los aromas fluyan por entre estas láminas al exterior hasta cautivar nuestro olfato, y que los fluidos que emanan del relleno durante el proceso de horneado se impregnen entre ellas y así aportar en el momento de su degustación a las papilas gustativas la gran riqueza de matices que lo componen, otro aspecto importante es el de mostrar visualmente que no se trata de un pastel cualquiera a la usanza, sino de algo diferente que promete ser algo especial como termina por ser comprobado.
Desde el punto de vista de su consumo se hace muy apetecible no solo por su equilibrado contenido en proteínas, hidratos de carbono, grasas, vitaminas y sales minerales, y con un garantizado aprovisionamiento local de los componentes con lo que se consigue mantener siempre la mismas características organolépticas, sino también porque supone la mejor posible alternativa para hacerlos diferenciarse favorablemente de los “fast food” tan en boga.
Por todo ello su consumo está incrementándose tanto para tapeo (ya que se suele servir troceado en cuatro trozos), o bien como almuerzo a media mañana, comida, merienda o cena, eso sí ya es el colmo cuando se logra tomarlo recién salido del horno, humeante, calentito y acompañado de una buena cerveza fresquita, o de uno de nuestros afamados vinos tintos.
Se trata por otra parte de una figura icónica de nuestra gastronomía que en la región es conocido como “Pastel de Carne”, y que al haber trascendido desde hace tiempo al entorno más próximo de nuestras provincias limítrofes ha pasado a tomar carta de naturaleza denominándolo “Pastel de Carne murciano”.
Nuestros paisanos desplazados por razones laborales a través de todo nuestro país han contribuido de manera primordial a difundir su conocimiento por doquier, y el cada vez más elevado incremento de los flujos turísticos hacia Murcia tanto nacionales como internacionales (mayoritariamente europeos) están consiguiendo una cada vez mayor divulgación, como no podría ser de otra manera dada la excelencia del mismo pues como dice nuestro rico refranero español: “Algo tendrá el agua cuando la bendicen”.
LOS SOPORTALES DE LA CATEDRAL
Los Soportales se hallan bajo el gran volumen ocupado por la Casa de los Canónigos y el Museo Catedralicio, se trata de un corredor practicado perimetrálmente que rodea esta parte del edificio y cuyas arquerías barrocas de medio punto y bóveda de arista se integraban originariamente en el claustro catedralicio.
En esta claustra del siglo XV (como se ve en esta antigua fotografía) se abrieron 14 agujeros en el Claustro gótico tras la Guerra Civil para sacarle rendimiento a los bajos comerciales, a cuyo efecto se demolieron en 1946 algunas de las antiguas casas de los canónigos.
Caminando bajo los Soportales
Vista de los Soportales y la calle Escultor Salzillo
MI PASTELICO DE CARNE
Para mí la historia del Pastel de Carne comenzó según recuerdo hace unos 70 años durante mi época estudiantil, cuando empecé a venir a Murcia con motivo de los exámenes por libre de Bachillerato en el Instituto Alfonso X el Sabio (hoy Licenciado Francisco Cascales) primero desde Pliego y luego desde Ceutí con mi padre y profesor.
Estos dos o tres días que duraban los exámenes eran aprovechados por los alumnos para gratificar el esfuerzo anual de nuestros estudios con el disfrutar en distintos establecimientos de hostelería con unas pitanzas fuera de lo habitual, siendo la estrella de entre todas el tradicional Pastel de Carne de la reputada Pastelería de el “Barba”.
Y a la memoria me viene todo un ritual que se iba gestando en mi mente, que comenzaba por la Fase de Aproximación que implicaba la promesa de la inmediata llegada a lugar tan deseado, la segunda Fase de Arribada al local que como siempre estaba indefectiblemente lleno, con lo que se imponía una asumida espera inhalando los aromáticos efluvios de los pastelicos y la cerveza que llenaban el mostrador y las lejas de la pared trasera, a la vez que observaba a los comensales como los atacaban con fruición y como es lógico deseando que terminaran de una vez para ocupar su lugar, con lo que al fin llegaba la Fase de Éxtasis al ocupar un asiento frente a la barra momento en que comenzaban a actuar todos los sentidos: el del oído al escuchar la frase de rigor !!!Marchando …….¡¡¡ seguida del firme golpeteo del gran cuchillo manejado por el camarero que lo troceaba en cuartos, la vista ante la contemplación del maravilloso pastelico dorado, brillante, crujiente, humeante …., el olfato que percibía la cercanía del objeto del deseo, el tacto poder al por fin cogerlo con las dos manos y sentir su calor, la suavidad que le presta la manteca y para acabar siendo el gusto el último de los sentidos que pasaba por devorar el primer cuarto con la avidez fruto de la espera y después pasar a saborearlo de veras con gran parsimonia hasta acabarlo con la agradable sensación de haber alcanzado tan exquisito y ansiado objetivo , pero con la triste sensación final indicativa de que había sabido a poco.
El segundo episodio histórico que conservo en la memoria es el relato que escuché varias veces a mi padre cuando contaba sucesos de su juventud allá por los años 20 del pasado siglo, en el que citaba que a la hora de salir al recreo de su cercano colegio se dirigía corriendo todas las mañanas a la citada pastelería y pedía: “Uno de 15 con arreglo de 20”, está claro que se refería a céntimos de peseta y lo del arreglo a lo que hoy llamamos un “especial”.
El tercer relato lo relaciono directamente con mi hermano Pepe que cada vez que viene a Murcia se tiene que llevar una buena cantidad de pasteles de carne, que con su habitual manera irónica que le caracteriza los pide diciendo “Oído barra quiero 6 pasteles especiales y 6 inteligentes” (estos últimos son los que llevan incorporados sesos).
Continuo por reconocer que en mis años de jubilado en los que me he dedicado a mi anhelo de empaparme de los aspectos culturales que la vorágine de la entrega al trabajo diario no había podido llevar a cabo, con lo que he llegado a conocer que los orígenes del pastel de carne son bastante remotos y quizás heredados de la cocina árabe, cuya aportación a nuestra gastronomía fue de tal magnitud que mereció ser tan bien llevado a la pintura este delicioso manjar por Esteban Murillo en su lienzo “Niños comiendo pastel”, e incluso condujo a prestarle la debida atención el emperador Carlos V al llevarle a promulgar una pragmática determinando la composición y calidades de las materias que debían contener a fin de evitar que se utilizaran alimentos inapropiados.
Y acabo puntualizando que estos citados pasteles de carne han ido evolucionando a mejor en su aspecto cualitativo hasta tal punto que los elaborados hoy en día en Murcia de un modo artesanal están adquiriendo una fama sin parangón, y que aunque tengan muchos imitadores la denominación “Pastel de Carne Murciano” como se conoce en nuestro entorno y lo tengo muy contrastado en Torrevieja, Elche y Orihuela es el mejor marchamo de identificación.
IGLESIA CATEDRAL DE SANTA MARÍA
Santa Iglesia Catedral de Santa María de Murcia
En los 201 años transcurridos desde que en 1266 tomó Jaime I la ciudad de Murcia encaminándose en primer lugar a la Mezquita Mayor Aljama para para celebrar en ella la primera misa como tenía por costumbre y consagrarla a la Virgen María, hasta el año 1467 fecha en que se consideró terminada y se procedió a la consagración de la Santa Iglesia Catedral de Santa María, este templo se ha sido dotando de diversos estilos arquitectónicos desde el románico, gótico, renacentista, barroco y neoclásico, a la vez que afectando por numerosas reformas y sufrido todo tipo de daños que han conformado la historia que se irá describiendo paso apaso.
El edificio de la mezquita dedicado al culto cristiano no fue considerado Catedral hasta que el rey Sancho IV dió la orden en 1291 de trasladar a Murcia la Sede Episcopal Cartaginensis que desde tiempo de los visigodos residía en Cartagena.
En realidad el primer templo netamente cristiano surgió al construir la primera Capilla dedicada a San Simón y San Judas alrededor del año 1295, dando sepultura en la misma al jurista murciano Jacobo de las Leyes y a su familia.
Pero fue entre los años 1337 y 1352 cuando se comenzó a edificar el nuevo claustro gótico, a cuyo efecto se derruyó parte de la antigua mezquita y posteriormente entre los años 1383 y 1402 es cuando se pusieron en marcha las obras del actual templo.
Entre 1446 y 1458 se cierran las bóvedas construidas sobre pilares de haces de columnas adosadas y capiteles de tema vegetal con florones en las claves y también se realizó gran parte de la forja y rejería del templo.
Aunque se consideró terminada al consagrarse en 1467, continuaron las obras que en la Puerta de los Apóstoles no se terminaron hasta 1488 y las de la Torre-campanario construida sobre el alminar de la mezquita lo hicieron en 1510.
Ante la riqueza tanto arquitectónica como artístico-patrimonial de la Catedral se pasará a describir inicialmente los elementos más importantes de la estructura exterior, luego los del interior incluyendo en cada uno de ellos la parte artística que contienen.
EXTERIOR
En el contorno exterior de la Catedral destacan sobremanera los siguientes elementos arquitectónicos el Imafronte, la Torre-campanario, la Puerta de los Apóstoles y las Puerta de las Cadenas o de la Cruz.
Los tres primeros ya se describieron exhaustivamente en otra de mis páginas de este blog “ANDANDO MURCIA, por lo que aconsejo dirigirse a ellas ya que aquí tan solo se exponen las fotografías correspondientes para visualizarlas, entrando seguidamente a detallar el último de la Puerta de las Cadenas o de la Cruz.
Imafronte
Torre-Campanario
Puerta de los Apóstoles
La Puerta de las Cadenas o de la Cruz situada en la cara norte de la Catedral tiene una fachada de estilo plateresco y consta de dos cuerpos, el inferior cuya construcción se inició hacia 1512 siendo una de las primeras iniciativas del arte renacentista español, y el superior que fue reformado en 1763 reutilizando pilastras y frisos del siglo XVI y en él se labraron San Leandro, San Isidoro y San Fulgencio aportándole los jarrones de la parte superior.
Recibe su nombre por las cadenas que delimitan el recinto sagrado en el exterior y por una gran cruz que existe desde la época medieval.
Puerta de las Cadenas o de la Cruz
Vista de la Puerta de las Cadenas o de la Cruz, contemplada desde la Plaza del mismo nombre
INTERIOR
El interior del templo que tiene forma de cruz latina y está compuesto de 3 naves con sus correspondientes capillas a los lados dedicadas a los santos patronos de los gremios y a los enterramientos de los obispos, nobles y personajes ilustres que fomentaron o colaboraron en su construcción destacando:
La Capilla de los Vélez que está dedicada a San Lucas y fue manda construir por Julián Chacón Adelantado Mayor del Reino y capitán de guerra de sus fronteras, pero Pedro Fajardo el viejo que había adquirido una de las capillas radiales de la girola (pasillo que rodea el Altar Mayor por su parte trasera) la construyó para su enterramiento y de sus descendientes, más tarde su yerno Juan Chacón consideró que su tamaño era reducido en comparación con el poder que ostentaban con lo que la amplió aún más sobre las citadas capillas, terminándola en 1507 D. Pedro Fajardo primer Marqués de los Vélez para lo que invadió en el exterior una zona que era de domino público, lo que demuestra la importancia social de la familia López Fajardo y Marqueses de los Vélez, de ahí su nombre.
El primer Marqués de los Vélez solicitó que su enterramiento y el de sus descendientes se hiciera en la Capilla Mayor de la Catedral, lo que se denegó por Carlos V por tratarse la zona de domino real y estar enterradas las entrañas de Alfonso X, por lo que dispuso que lo fueran en una cripta subterránea que tampoco llegó a ser utilizada, por lo que esta capilla más que de carácter funerario lo tenga de épico en memoria de las hazañas de sus antepasados ya que estuvo decorada con las banderas de los territorios conquistados a los musulmanes en el acto de su inauguración.
Posée diversos estilos en sus elementos tales como románicos, góticos, mudéjares y mostrando retazos del incipiente renacimiento, todo ello armonizado en lo que sería un avance del plateresco, impresionando por la tupida filigrana que recubre sus muros con una cúpula estrellada de 10 puntas.
Fue declarada Monumento Nacional en 1928 y es muy conocido el exterior por la conocida anécdota ya descrita en una de las páginas de este blog “ANDANDO MURCIA”, así como por los relieves y esculturas que tienen los escudos de la dinastía sostenidos por los denominados “salvajes” (símbolo de poder).
Vista central y de la cúpula
Vista del altar de la capilla y rodeando el perímetro hay 12 repisas vacías (se ven solo 4 en esta foto) en las que se supone irían los 12 apóstoles
Detalle de la cúpula estrellada de diez puntas
Los tres escudos de la parte superior entrelazan las armas de los Fajardo y los Chacones
Torre de los Vélez con la Cadena y su escudo de los Fajardo
Escudo del linaje de los Chacones sostenido por los “salvajes”
La conocida como Capilla de Junterones fue fundada costeada y acabada en 1545 por D. Gil Rodríguez de Junterón Arcediano de Lorca y Protonotario Apostólico del Papa Julio II, construyéndola sobre una capilla anterior de estilo plateresco y debe su nombre porque en la puerta de la misma hay dos columnas jónicas que sostienen un arco con las armas de Julio II y a nivel inferior figura la leyenda: “DE IUNTERON ES” que por deformación popular se pasó a denominar Junterones.
La entrada es de pequeñas dimensiones y forma rectangular pero de una gran riqueza decorativa, siendo renacentista su estilo considerándose como una de las principales obras de esta corriente en España.
Contiene un único altar de mármol sobre el que se alza un bello relieve del mismo material traído de Roma, conocido por el “Nacimiento, o la Adoración de los Pastores” rodeandolo las 14 sibilas simbolizando las revelaciones de la venida de Jesucristo.
Tiene una cripta que contenía unos sarcófagos romanos del siglo III, traídos de Roma para los enterramientos familiares ( hoy en el Museo) y en el suelo que está cubierto por una cerámica vidriada y las correspondientes de mármol habiendo una lápida que reza: “AQUÍ VIENE A PARAR LA VIDA” a través de la cual se accede a la cripta.
Entrada con arco de medio punto apoyado en columnas jónicas, sobre cuya clave se encuentra el escudo de armas de Junterón
Altar de la Capilla que fue traída de Roma, en el que se puede apreciar el bajo relieve denominado como El Nacimiento, o La Adoración de los Pastores
Detalle de la Capilla presidida por el bajorelieve de la Adoración de los Pastores entre los profetas Juan “Bautista” e Isaías y acompañados de 6 sibilas, encima del cual hay un grupo escultórico de ángeles que parece estar sumándose a la imagen del Nacimiento. Su bóveda elíptica posee un óculo rodeado de una guirnalda de flores y frutos bajo la cual se hallan una serie de figuras grotescas y demoníacas que completan esta joya arquitectónica.
Vista exterior de la torre de Junterones
Detalle en la que se aprecia la imagen del Papa Julio II
La Capilla de la Inmaculada, se encuentra ubicada en el Trascoro (nombre por el que también se la conoce) y fue la PRIMERA CAPILLA DEL MUNDO que fue advocada a la Inmaculada Concepción, siendo financiada por el obispo entre los años 1620 y 1628.
Felipe II había mandado al obispo a Italia para luchar por lograr la declaración por el papado del dogma de la Inmaculada, lo que no logró y tuvo que regresar muriendo sin poder ver conseguido lo que con tanto esfuerzo persiguió, circunstancia que no se produjo hasta que en 1854 fuera declarado el citado Dogma de Fe por el Papa Pío IX.
Para su construcción hubo que derribar 3 capillas para construir la nueva Capilla-Retablo de estilo barroco en mármoles de varios colores, tal como lo traía concebido el obispo Trejo de cuando estuvo en Roma.
La preside una imagen de la Inmaculada que trajo el obispo desde Madrid, talla en actitud orante realizada de madera policromada con incrustaciones de pedrería y vestida al modo de la corte española de la época, teniendo a sus pies la Luna y una corona de 12 estrellas estando coronada por el Espíritu Santo en forma de paloma.
En el nivel inferior y en el interior de unas hornacinas que hay a ambos lados figuran los bustos de San Pedro y San Pablo, pudiendo ver en el frontón de la parte superior un lienzo de la Santa Faz de Ribera. Dispone también de dos hornacinas vacías que albergaban las imágenes en marfil de La Dolorosa y la de San José con el Niño (que fueron llevadas al Museo de la Catedral).
Sobre el friso oscuro de la parte superior figura una inscripción que dice: “DEIPARAE VIRGIN” y en una fila inferior la expresión: “NON NOBIS, DOMINE, NON NOBIS, SED DOMINI TUO, DA GLORIAM”, (no para nosotros Señor, no para nosotros, sino para la gloria de tu nombre), inscripción fuera de contexto ya que era el lema de los monjes templarios, y sobre los extremos de la cornisa figuran dos esculturas de busto redondo de San Francisco y San Antonio.
La Capilla de San Antonio fue fundada en 1388 por el obispo Fernando de Pedrosa que fue enterrado en ella en 1402, siendo la CAPILLA MÁS ANTIGUA DE LA CATEDRAL. Inicialmente estuvo bajo la advocación de San Jerónimo, siendo llamada también “de la Cena” por poseer un cuadro con dicho motivo.
Cuenta con una notable bóveda de crucería gótica con pinturas y una pequeña capilla renacentista anexa del año 1527 dedicada a la Anunciación, en donde se encuentra la tumba del ilustre jurista murciano Jacobo de la Leyes redactor del Código de la Siete Partidas.
El conjunto de las 25 Capillas existentes están dispuestas en el siguiente orden entrando por la Puerta principal rodeando el perímetro catedralicio, a partir de la nave de la derecha: Capilla de la Transfiguración, del Cristo del Milagro, del Sagrado Corazón de Jesús, de Junterones, de San José, de San Juan Nepomuceno, de San Dionisio Obispo de París, del Cristo de la Misericordia, de los Vélez, de San Antonio, de la Encarnación de Nuestra Señora, de Nuestra Señora del Socorro, de la Virgen del Pilar o de Comontes, de Santa María Magdalena de Pazzis, de San Andrés, de San Bartolomé, del Cristo del Consuelo, de la Virgen de la Leche, de San Cristobalón, de Nuestra Señora de la Soledad, del Nazareno, del Beato Andrés Imbernón, de San Fernando, del Socorro o Bautismal y de la Inmaculada o del Trascoro.
La Sacristía ubicada bajo la Torre-Campanario y en el interior del primer cuerpo tiene cubiertas sus paredes con unos tableros de nogal bellamente esculpidos, con motivos renacentistas conjunto que está presidido por un extraordinario relieve del Descendimiento.
Detalle del frente con la talla del Descendimiento
El Coro también tiene su historia ya que contaba primitivamente con una sillería de nogal de estilo gótico-renacentista siendo inaugurada en 1467 al consagrar la Catedral. Posteriormente fue sustituida en 1803 por otra de estilo neo-clásico, que poco después fue devorada por un atroz incendio que acabó con ella en 1854, pero al haber recurrido el obispo a la intercesión de la Reina Isabel II logró que ésta dispusiera donar a nuestra Catedral la actual de estilo tardo-renacentista, procedente del desamortizado Monasterio de San Martín de Valdeiglesias y cuyo destino estaba previsto que fuera al Monasterio de Los Jerónimos del Real de Madrid.
El Órgano de la Catedral ese encuentra englobado en el Coro, siendo uno de los más afamados órganos de España de estilo neo-gótico de doble fachada, realizado en 1856 por la prestigiosa firma belga Merklin-Schütze.
Y cierran el espacio de este magnífico conjunto unas importantes rejas góticas del siglo XV realizadas por Antonio Viveros, el mismo maestro que realizó las del Altar Mayor.
Vista de conjunto
Detalle de la sillería
Vista del Órgano
Rejería gótica del Coro del siglo XV
La Capilla Mayor considerada como Capilla Real por contener el sepulcro renacentista con el corazón y las entrañas de Alfonso X el Sabio (circunstancia por la que no se le concedió al Marqués de los Vélez que se enterraran en ella sus restos y los de sus descendientes), dispone de un bello retablo mayor neogótico de 1863 y en su camarín acoge también a la Virgen de la Paz, en el banco a los evangelistas, en el resto a los santos relacionados con la Diócesis como los cuatro hermanos santos de Cartagena, el Beato Andrés de Imbernón, San Patricio ….. y coronándola la Crucifixión.
Transepto y Presbiterio
Altar Mayor y Rejería gótica del siglo XV de Antonio Viveros
Retablo Mayor en detalle, coronado con la Crucifixión en plano inferior San Patricio, Beato Andrés Imbernón, a continuación los cuatro hermanos santos de Cartagena y entre ellos la Virgen de la Paz
Idéntica composición en la que se aprecian también las bellas vidrieras medievales
Detalle del camarín de la Virgen de la Paz
Capilla sepulcral de Alfonso X el Sabio, con su escudo de armas
Texto de la urna sepulcral que reza: “AQUI ESTAN LAS ENTRAÑAS DEL SEÑOR REY DON ALFONSO X, EL QUAL MURIENDO EN SEVILLA POR LA GRAN LEALTAD CON QUE ESTA CIBDAT DE MURCIA LE SIRVIO EN SUS ADVERSIDADES LAS MANDO SEPULTAR EN ELLA”
Y el rey Carlos V en 1526 promulgó una orden prohibiendo que nadie fuera cual fuese su rango fuera sepultado en esta Capilla.
Veamos otros elementos destacables de la estructura interna de la Catedral de Murcia
Nave lateral derecha y capillas
Nave lateral izquierda y al fondo la girola
Columna de haces de columnas adosadas
Estructura de la bóveda
Púlpito adosado a un haz de columnas
Concluyendo emocionado de haber penetrado de algún modo en el mejor conocimiento de este “joyero” icónico de Murcia, que transcurridos más de 600 años desde que Jaime I al entrar en la ciudad de Murcia en 1266 hasta hoy y celebrara por primera vez misa dentro de la Mezquita Mayor Aljama, se ha ido construyendo por las sucesivas generaciones de todos los murcianos de cualquier condición y clase que junto a su continuado esfuerzo económico y al conocimiento aportado por todos los responsables (reyes, obispos, concejos, mecenas, grandes artistas) de haber ido aportándole año tras año la han ido enriqueciendo para que hoy podamos admirar todo el mundo entero esta maravillosa obra integradora de la riqueza arquitéctónica, artística y cultural que nos está permitiendo a muchos en primer lugar a conocer a fondo este tesoro, en segundo a aprender una parte de nuestra historia y por último a amarla como nunca nos habíamos imaginado.
CONVENTO DE LAS AGUSTINAS DEL CORPUS CHRISTI
La historia de este templo comenzó en 1615 con la venida a Murcia de las fundadoras del Convento, pero debido a la deficiente edificación y a las continuas riadas que lo inundaban tuvieron que derribarlo, pasando a construir otro de mayor entidad financiado por el obispo Francisco de Rojas y Borja quien mandó ser enterrado en él.
En 1729 con el aumento de vocaciones y el gran momento económico por que pasaba la ciudad en esos momentos de principios del siglo XVIII (del llamado siglo de oro murciano), aconsejaron aprovecharlo para construir un tercer y definitivo Monasterio financiado parte por el obispo Tomás José Ruíz Montes.
Pasando al 1837 en que con la desamortización de Mendizábal tuvieron que abandonar las religiosas el edificio, volviendo de nuevo en la década de los 60 del mismo siglo, constando que fue visitado por la Reina Isabel II en 1862 cuando estuvo en la ciudad.
El 20 de julio de 1936 al comenzar la Guerra Civil española tuvieron que abandonarlo nuevamente, pasando a ser convertido en cárcel y acuartelamiento sufriendo graves daños el edificio y su patrimonio, pero afortunadamente se pudo salvar el Retablo del altar mayor y numerosas obras escultóricas gracias a la Junta de Protección del Patrimonio Artístico creada por el alcalde socialista Fernando Piñuela.
En 1939 al terminar la contienda de nuevo fue utilizado como campo de concentración de los numerosos detenidos inicialmente, y consta que desde aquí eran sacados regularmente algunos presos para llevarlos a ser fusilados en el cementerio de Espinardo.
El año 1956 fue otra fecha destacada cuando una gran riada que originó pérdidas en las viviendas de los huertanos les sirvió de acogida a sus familias, mientras se recomponían sus calamitosos y menguados medios de subsistencia.
El conjunto está formado por el Convento articulado en tres patios, la Iglesia y el Huerto.
En la fachada que conserva el mismo aspecto que en 1729 destaca la Custodia que da nombre al Convento y un ático-frontón semicircular coronándola. A la izquierda de la fachada se sitúa la espadaña (campanario de una sola pared).
Su interior de traza barroca, tiene planta de cruz latina, nave dividida en tres tramos y capillas laterales intercomunicadas, con amplio crucero cubierto por la cúpula sobre tambor, presbiterio rectangular con un bello retablo y coro situado en el brazo izquierdo del crucero en la zona de contacto con el convento.
El valor estético combina la austeridad con la complacencia de lineas y riqueza plástica y cromática de los interiores.
Detalle de la fachada
Imagen de la Custodia en la hornacina de la fachada
Enclave en el barrio, obsérvese que la veleta de la cúpula representa la Custodia
Vista aérea en la que se divisan la cúpula, la espadaña, el patio y parte de la fachada posterior
Fachada posterior en la calle San Agustín
Escudo con el símbolo de la Eucaristía advocación de la Orden, que se puede ver en la anterior foto
Fachada anterior en la calle de las Agustinas
Perspectiva del patio interior
Otra vista del patio
Retablo del altar mayor, de José Ganga Ripoll siglo XVIII
Detalle del retablo del altar mayor
Cúpula con frescos de Juan Ruíz Melgarejo del siglo XVIII, donde se representan una serie de criaturas angelicales adorando al Cordero Místico, símbolo de la Eucaristía que es la advocación de la Orden
Detalle del púlpito y al fondo la imagen de San Miguel Arcángel
Religiosas en la zona del coro que da vista al altar mayor
Veamos seguidamente las imágenes más representativas del templo
San Agustín de Francisco Salzillo de 1670, representado con indumentaria episcopal con una pluma en su mano derecha y pisando herejes
Santa Cecilia de Roque López del 1783, representada como una gran dama de la corte con traje de fiesta
San Miguel Arcángel de Dupar del siglo XVIII
Como colofón las monjas agustinas, su templo y en el centro la Custodia que da nombre al Convento
IGLESIA DE SAN LORENZO
Una vez más esta iglesia como la mayoría de las construidas en la ciudad se erigió en un principio sobre una mezquita de la antigua medina árabe, pero de aquel primitivo templo cristiano no se ha encontrado vestigio alguno.
Las primeras referencias de que se dispone hacen referencia a que la iglesia tuvo que ser abandonada en 1780 por hallarse en estado ruinoso, trasladándose el culto y su patrimonio a la ermita de Santa Quiteria que estaba ubicada donde hoy se encuentra la calle de su mismo nombre.
Tras su demolición el año de 1784 volvió a ponerse la primera piedra para reedificar el templo el día 23 de junio de 1788 haciéndola coincidir con la festividad de San Lorenzo, ceremonia que fue presidida por el obispo Manuel Felipe Miralles que hizo una copiosa aportación para que se continuaran las obras.
Sufriendo varias interrupciones fue por fin acabada de construir el 10 de agosto del año 1810 (en plena Guerra de la Independencia), e inaugurado por el nuevo prelado que había hecho otra donación para su terminación. No obstante en otro documento fechado en 1850 se cita que aún no se había construido la fachada que le daría una preciosa apariencia externa al espléndido interior de la iglesia.
Durante la Guerra Civil española fue convertida en residencia de refugiados y fueron destruidas todas las imágenes salvo la del Cristo del Refugio del siglo XVIII.
El templo posee un tipo de arquitectura resultante de la fusión del estilo neoclásico con elementos barrocos, destacando las dos torres-campanarios revocadas en azul y blanco así como la linterna que corona la cúpula.
La fachada alberga una sencilla portada coronada por un frontón triangular, es de estilo neoclásico y está rematada por un gran frontón curvo.
Anexa al templo y a su izquierda se encuentra la Capilla de la Comunión, que se distingue perfectamente en calle lateral de la fachada principal de la foto con que se encabeza la descripción de la iglesia.
Grabado en piedra de encima de la puerta de la Capilla de la Comunión
Nave central
Vista cercana del Retablo del Altar Mayor
Detalle de la Cúpula
Retablo del Altar Mayor y Capilla del Santísimo Cristo del Refugio
Balcón del Coro del templo
Ahora se muestran las imágenes más representativas del templo, acabando por la Cofradía del Santísimo Cristo del Refugio fundada en 1942.
San Lorenzo
Capilla del Santísimo Cristo del Refugio
Detalle del Cristo del Refugio
Dolorosa, de Francisco Salzillo
Santa Rita de Casia, de Sánchez Araciel. Santa de lo imposible
San Juan de la Cruz, de Nicolás Salzillo
Cofradía del Santísimo Cristo del Refugio, creada en 1942
IGLESIA DE SAN PEDRO
Donde hoy se encuentra la actual Iglesia de San Pedro existía una mezquita, que fue donada por Alfonso X el Sabio tras la toma de Murcia en 1272 para que se construyera una iglesia cristiana.
Tras los dos templos indicados se llevó a cabo una tercera construcción en 1732 por el obispo Joseph Montes, cuya estructura se mantiene actualmente no habiendo cambiado su fisonomía exterior y tan solo se han ido haciendo algunas obras dirigidas a su conservación.
Se tienen noticias documentales de que en 1588 había albergado la iglesia la Cofradía de los Ciegos, así como que en ella se celebraban las ceremonias del Santo Oficio cuyos componentes residentes en el cercano edificio de la Inquisición, los que llevaban las ejecuciones públicas de condenas a la horca en la Plaza de Santa Catalina y las de la hoguera las hacían en el llamado “brasero” sito en el actual Plano de San Francisco.
Por la plaza de su nombre transcurría la principal ruta de entrada y salida de la ciudad de los viajeros que venían del sur o del centro de España penetrando por la Puerta de Castilla o la Puerta de Molina, hacia el este los que se dirigían hacia Cartagena por la Puerta de África que estaba frente al actual Puente de los Peligros, y los que iban hacia el norte salían por la Puerta de Orihuela, siendo además un punto comercial estratégico en el trasiego de mercancías a través de la Puerta de la Aduana que desembocaba al más importante mercado de la ciudad existente en actual Plano de San Francisco.
La fachada principal pertenece al tipo del renacimiento adoptado por el barroco, en la que figura sobre la puerta el escudo pontificio haciendo honor a su Patrono San Pedro primer obispo de la Iglesia y en las esquinas del edificio se erigen las estatuas de San Pedro y San Pablo.
Su cúpula exterior se encuentra decorada con teja vidriada de colores y rematada por una veleta en forma de gallo (recordando a las negaciones de San Pedro).
La estructura arquitectónica interior abarca una sola nave central con capillas a ambos lados entre los contrafuertes, sobre las que se abren tribunas con balconcillos que dan paso a un entablamiento encima del cual se levanta una ventana en cada tramo.
Hubo una única modificación en la iglesia cuando la distinguida familia Saavedra Fajardo se brindó en 1482 a reedificar la parte del crucero que daba al lado del Evangelio, con la finalidad de dedicar en lo sucesivo ese espacio al enterramiento de toda su descendencia surgiendo allí la Capilla de Santa Elena.
Tiene otra puerta lateral en la fachada que conduce a la Plaza de las Flores de estilo dórico rematada con una hornacina que contiene la imagen de un santo obispo, la cual debido a una modificación estructural se hallaba en una situación que la hacía de todo punto imposible de abrir habiéndose ya corregido por lo que actualmente está practicable.
Ahora se pasa a describir en primer lugar fotografías del exterior, para seguir con la estructura interior del templo, con las imágenes más destacables y finalizar con algunas antiguas fotografías.
Escudo pontificio de la puerta principal
Puerta lateral
Vista desde la Plaza de la Flores
Nave central
Vista ampliada del retablo del Altar Mayor
Cúpula
Vista lateral mostrando las capillas, los balconcillos y las ventanas
Otra perspectiva del interior mostrando el Púlpito y el Confesionario
Coro del templo
Retablo Mayor de Nicolás de Rueda año 1765, San Pedro de Salzillo año 1780 y los ángeles que sostienen los capiteles de su hornacina, el Cristo de la Esperanza y los cuatro Evangelistas
Santísimo Cristo de la Esperanza de Salzillo
Santísimo Cristo de la Esperanza de Salzillo. 1755
Capilla de María Santísima de los Dolores de Francisco Salzillo. 1756
Santa Bárbara de Salzillo. 1730
San Crispín Patrón de los zapateros, anónimo de 1804
San Caralampio, abogado de las enfermedades contagiosas
Estampa antigua de la Plaza de San Pedro
IGLESIA DE SANTA CATALINA
Esta iglesia como la mayoría de las de Murcia está construida al parecer sobre los restos de una antigua mezquita árabe, y la primitiva partió de una donación que hizo el Infante D. Manuel a D. Pedro Gómez Barroso firmada en 1266.
Testimonio de la citada mezquita o de su cercano cementerio adjunto se encontró el vestigio de una lápida grabada en árabe, que se refiere a al-Fadilah mujer de familia de Ibn Mardanis “el rey Lobo” muerta y sepultada en 1162) la cual se puede ver actualmente en el museo de las Claras.
Fue en sus inicios sede y Monasterios de los Caballeros Templarios que la construyeron en los primeros años del siglo XVI como era tradicional en la época con ladrillo (obra realizada por los moriscos verdaderos artesanos de estas construcciones), escasa piedra de sillar y con armadura de madera único vestigio que aún se conserva.
Estaba ubicada en el centro neurálgico de la ciudad, en la llamada en aquella época Plaza Mayor que aprovechando la estructura característica de los musulmanes de que en el entorno a las mezquitas, se desarrollaba una gran actividad lúdica (baños) y comercial alhóndigas, carnicerías,, hornos, etc. y donde también se celebraban los más importantes acontecimientos públicos tales como el toque de queda ante cualquier alarma, el tribunal de las aguas, la distribución de puestos públicos, el pregón de multas y ejecuciones públicas en la horca de la Santa Inquisición con sus llamados Autos de fe. Debido a su importancia de ella irradiaban las principales arterias de comunicación a través de la ciudad y los caminos conducentes al resto de España en todas direcciones.
Junto con la iglesias de San Nicolás, Santa María y San Lorenzo estaban consideradas como las más y mejor dotadas económicamente y tenían cada una dos clérigos, al pertenecer a ellas los personajes más adinerados y la clase dirigente de la ciudad.
El Cardenal Belluga se encargó de la primera reparación, pero fue la intervención habida en el siglo XX la que llevó a cabo la reestructuración del templo que hoy contemplamos adaptándola en el exterior y en el interior al estilo ecléctico predominante en la época.
La fachada muestra una sola torre y un gran rosetón, siendo su portada de estilo neogótico mostrando una composición abocinada en arcos sucesivos y termina coronada con una pequeña cruz sobre el tejado.
La planta es de una única nave con pequeñas capillas o capillas-hornacinas alrededor e independientes una de otra, de las seis están a la derecha y cinco a la izquierda.
Detalle de la portada
Fotografía antigua de la Iglesia y su entorno
Interior del templo
Vista del Coro
Santa Catalina de Nicolás Salzillo
Santísimo Cristo de la Caridad
Cristo de la Paciencia de Nicolás Salzillo
Detalle del Cristo de la Paciencia
Capilla de la Dolorosa de Salzillo
Detalle de la Dolorosa de Salzillo
La Imposición de la casulla a San Ildefonso de autor desconocido
Capilla evangelista
Muy Ilustre y Venerable Cofradía de Santísimo Cristo de la Caridad
María santísima del Rosario en sus Misterios Dolorosos, de Ramón Cuenca Santo 2013
Hermandad de María Santísima del Rosario en sus Misterios Dolorosos