Carta der Cabo Cutillas á su novia Marialcármen

Marialcármen de mi arma,
premite que en este día
tire por arto er jusíl,
la canana y la mochila,
premite que á tu retrato
le dé un beso en la mejilla
y lo arrepriete en el pecho
como si juera relica,
porque del ese que trayo
tuiquio er cuerpo me relincha.

Dile á mi máere que osequie
á mi burra con papillas,
ar cherro con un ingüerto
y, ya puesta, á la cochina
que le dé lo que apeteja,
gurullos o semolíquia.

Tú le llevas una arcuza
á San Roque er de la Ermita,
y si Faco el Sacristán
lo premite, sube arriba
y echa ar guelo la campana
con la fuerza que tú estilas
pa que sorteis los tablachos
ar gozo que us atosiga
y se isparen cobetones,
se beba hasta echar las tripas
y sarte el agua en las ciecas
y se esturra de alegría.

Marialcármen, ¡Viva España!
y sepas que Antón Cutillas
que salió echa una mosca muerta
cuando se jué a la melicia
abora es cabo prepuesto
pa dos cruces y una ensinia,
y pué que antes de las brevas
ú tó lo más pá las crillas,
me suban a comendante
ú espiche aquí boca arriba.

Sabrás como la otra noche
me perdí en una guerrilla
porque ibamos por lo escuro
andando de puntilliquias
y ezaga de unas paleras
esfisé á un moro en cuquillas
que estaba con la espindarga
chándome la midia.

-¡Juebo!-me dije a mi mesmo-
vide ar moro que se puso
las manos por la barriga
y comenzó a icir:-¡Jalapa!
¡Yo morro, Mojama mía!
Lluego salieron más moros,
por dezaga de unas pitas,
y se armó una tronaera
á mi alreor, que paecía
que era yo una Juana de Arco
ó un emperaor de China.
Yo me apestillé ar jusíl
y al ver la cosa perdía
ije:-¡Santiago y á ellos!
y como er que mata ovispas
comencé a tirar repullos,
esjinces y rersurtías
y á icilles haciendo juebo:
-Tomar, tomar almendriquias!.

Dimpués sintí las cornetas
y vide a mi conpañía
y á mi Comendante echando
pa er Gurú a la morisma
¡Lo menos ejé seis moros
sin resuello en la embestía!
Entonces jué cuando er jefe
ijo:-“Sepa Antón Cutillas
que er rey premia a los herodes,
y en pago a tu valentía
abora mesmo te cuergo
los jalones y la ensinia”
¡Y me abrazó como un páere
llorando a lágrima viva!.

Dinde entonces tuiquio er mundo
me osequia con tragarninas,
me atraca de fostachones
y me dá bebía fina.

Man dicho c´abora vamos
hincia Nadór desiguia
y á tomar una arcazaba
que allá lenjotes se esfisa,
lo cual que en mis cortas luces
no sé lo que sinifica
una arcazaba pá tanto
como vá á ver quié´a pilla
si yo le meto los deos
te la llevaré enteriquia.

No canso más, Marialcármen;
pídele ar cielo é ruillas
que percance anguna estrella
y si ¡Dios no lo premita!
me hacen er cuerpo un garbillo,
le iré ar general Marina
que lo mande a la Zacaya
ú a ti mesmo lo remita
pa que guardes er pellejo
y te hagas un ciazo, vida.
Pero si ar darme er canute
ves dezaga á tu bardiza
á un comendante á caballo
con una aspá é culebrina
blinca la cieca de gozo
ven á mi pecho ensiguía,
que es tu Antón, que viene a hacerte,
pa que rabie er Gachasmigas,
comendanta en usufruto
y arbullo de la melícia,
y del mesmo antusiasmo
te enmutarás, arma mía,
yo te echaré er alcanfor,
te haré, si es mester, cosquillas
ú le tiraré del deo
pa bajarte la subía.

Adios, recobollo tierno
ánde está mi arma cautiva,
flor prefumá de la huerta,
y recibe un juerte abrazo,
anque de mentirijiquias
der cabo de los sordaos, que te quiere.

ANTÓN CUTILLAS

Por la copia
José Frutos Baeza 1909

También te puede interesar...

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *