El Casino de Murcia inició su construcción en 1847 asentándose provisionalmente en el Palacete del marqués del Vado (o quizás del Conde de Campohermoso), ostentando la primera Presidencia D. Juan López Somalo (1847-49).
La actual fachada de estilo ecléctico muestra el gran realce escultórico del Portal de entrada y sus dos salas acristaladas adjuntas conocidas por las “peceras”, la edificación está ubicada en la céntrica y muy emblemática arteria de la ciudad calle Trapería, que por otra parte se halla muy cercana a la Catedral.
El edificio fue creciendo progresivamente desde sus orígenes en 1852 construcción atribuida al arquitecto Francisco Bolarín Gómez, hasta que logró ampliarse tras sucesivas compras desde el que solo tenía acceso por la antigua entrada lateral para terminar asomándose en 1902 a la calle Trapería obra de Pedro Celdrán.
A la vez que iba dotándose de nuevas y bellas estructuras tanto arquitectónicas como artísticas y culturales a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, propias de la función que venían representando tradicionalmente estas instituciones que fueron proliferando por doquier.
Su cometido inicial era el de servir de lugar de reunión restringido a las clases más cultas y pudientes para hablar de política, y crear relaciones personales que solían trascender al ámbito de los negocios.
Más tarde se fueron incorporando otros miembros de la burguesía venidos a más, que fueron adaptando su talante liberal al de las viejas familias nobiliarias y a las denominadas “de alta alcurnia”, con las que enseguida establecieron lazos sociales de todo género.
En esta foto se puede apreciar el frontispicio de la fachada engalanada con motivo de alguna notable circunstancia, conteniendo la que podría ser la Diosa Fortuna al ir acompañada por dos cuernos de la abundancia (resaltando sobre el ventanal-claraboya al fondo) y más arriba con una metopa que indica CASINO sustentada por dos ángeles y flanqueada también por dos leones rugientes.
Detalle de una de las denominadas “peceras” y de su zócalo de mármol rojo con vetas de calcita procedente de las canteras de la Sierra de Burete de Cehegín, que contiene numerosos ejemplares de ammonites.
Ammonites como este que provienen del periodo Jurásico Superior y este está situado a la izquierda de la puerta de entrada, incrustado en el mármol que se generó al ser sometido el lecho marino donde se encontraba a una inmensa presión como consecuencia de un plegamiento geológico.
Tras el portal del Casino se accede a través de este vestíbulo de estilo neobarroco por su escalinata a una de las más destacadas joyas arquitectónicas como es el Patio Árabe.
Esta hermosura del Patio Árabe de estilo neonazarí debido a Manuel Castaños, es de tal categoría que se debe por una parte a ser una obra de artesanía y a que para dotarlo de luminosidad se le dotó de una cúpula y además requirió disponer más de 200.000 láminas de pan de oro para su realización.
Continuando con la descripción del citado patio se muestra aquí su parte superior que comprende una balconada que lo circunda, la lámpara estrellada y la cúpula traslúcida que es la parte más alta del edificio, cuya gran elaboración se considera a continuación bajo otra perspectiva.
Al fondo del mismo destaca el jarrón de estilo neomudéjar en su hornacina, y el texto en árabe repetido alrededor del citado patio que reza: “Nada más grande que Alá”.
En este ataurique (decoración de tipo vegetal característica del arte islámico) del Patio Árabe figura otra inscripción en árabe que dice: “Para encontrar la felicidad hay que aceptarse a uno mismo y buscar la fe”.
Arco de belleza indescriptible que da paso desde el patio árabe a las galerías que se exponen a continuación, a lo largo de las cuales se van distribuyendo las diversas salas que conforman el edificio.
Visitante apreciando las características de los sillones de la galería.
Galerías este-oeste al frente (viéndose el acceso al Casino desde Trapería a través del Patio Árabe) y la norte-sur a la derecha (que conduce al Patio Pompeyano, por donde se hallaba la puerta de entrada al edificio en sus inicios el año 1847).
En la galería este-oeste en la que se ve a la izquierda en primer lugar los escalones de acceso a la Biblioteca que tiene anexo el Salón de Damas o Tocador de Señoras, y a la derecha frente a la Biblioteca las del Salón del Congresillo y del Salón de baile, que más detalladamente se puede observar en la imagen inferior.
Adentrándonos en las estancias interiores se puede uno recrear en la contemplación de este Patio de las Columnas también conocido por Patio Pompeyano de estilo neoclásico situado al sur de la galería.
El citado patio lo componen en primer plano la escultura de la Venus sobre un pedestal con episodios de la vida del dios Zeus obra del escultor murciano José Planes, y tras ella entre columnas de mármol de Macaél figuran las dos esculturas que representan a las dos guerras púnicas entre cartagineses y romanos en las que se vió envuelta la región.
Otra de las salas más apreciadas es esta de la Biblioteca de estilo inglés inaugurada el 1913, en la que se puede ver fundamentalmente en su parte inferior su zona de lectura, que se encuentra abierta a diario las veinticuatro horas del día a los estudiantes hijos de socios .
Perspectiva en la que queda más de manifiesto su tribuna superior de maderas talladas, sustentadas por ménsulas de fundición que representa a flamencos (símbolos de la abundancia) y conteniendo miles de volúmenes de antiguas encuadernaciones de revistas de la época, así como otras referentes a asuntos murcianos y una interesante colección de libros antiguos a disposición de investigadores,estudiosos y curiosos.
Vista general de este magnífico Salón de Armas específicamente diseñado para impartir en la misma clases de esgrima, utilizándose también como Sala de Gimnasio.
En la foto de abajo se puede distinguir las lecciones que está impartiendo un profesor de la Escuela de Esgrima de la Región de Murcia a un grupo de alumnos.
Y al fondo del salón figuran cuatro cuadros del pintor murciano Obdulio Miralles, en los que se describe a cuatro mujeres murcianas con ropajes típicos de la época representando a las cuatro estaciones del año.
El Salón de Damas también conocido por Tocador de Señoras de estilo rococó, se creó a costa de restar una pequeña superficie al Salón de Armas, que causa una impactante impresión a todo visitante por la gran armonía conseguida en su conjunto de cortinas, mobiliario, iluminación, entarimado, etc.
Otra vista del mismo contemplando en detalle un rincón.
Y concluyendo esta descripción del Tocador de Señoras hay que citar esta pintura del techo que está interpretada con alegorías femeninas, y en su centro recrea la expulsión de los cielos de la diosa Selene ardiendo y representada con alas de mariposa. Tiene la diosa una característica muy singular como es la que mirándola desde cualquier lugar te va siguiendo con la mirada de sus ojos.
Otra de las salas dignas de describir es esta amplia llamada Salón del Congresillo donde se muestra las grandes posibilidades que ofrece la institución para cubrir el más amplio espectro de necesidades manifestada por sus asociados.
Esta perspectiva muestra un rincón del Salón del Congresillo muy propicio para la lectura y tertulias.
La Sala de Billar cuya práctica provoca un creativo y relajado recreo que era y continúa siendo muy utilizada por los asociados.
El Salón de Exposiciones muestra en el momento que nos ocupa entre muchos de sus cuadros la obra escultórica de Nicolás de Maya titulada “El muletazo”.
El Patio azul fue anteriormente un típico patio andaluz, recuperado para adaptarlo a este logrado estilo modernista.
El Comedor del Casino lugar muy frecuentado por los socios debido a la excelente cocina que posee, precios muy conseguidos y ambiente ideal para disfrutar de un agradable yantar.
Como anécdota hay que citar que su techo se desplomó y en su remodelación se logró recuperar de modo fehaciente las características anteriores, e incluso mejorándolas con la incorporación de registros para el aire acondicionado aún conservando el anterior aspecto.
Otro Comedor más reducido pero de gran estilo.
Y como colofón se describe otra de las maravillas del Real Casino de Murcia como corresponde a este edificio de 1875 declarado BIC, cual es este versallesco Salón de Baile de doble altura y estilo rococó.
Su suelo está entarimado y la iluminación dotada de cinco arañas con más de 700 bombillas, decoradas con cristal de Baccarat (empresa autorizada por Luis XV desde 1764, en la citada localidad de la Lorena francesa) ornamentadas en bronce y bañadas en oro.
El techo del mismo está decorado con alegorías de las cuatro artes como la poesía, la pintura, la música y la arquitectura, así como con los retratos de cuatro de los más ilustres murcianos como fueron el marqués de Floridablanca José Moñino, el pintor Francisco Salzillo, el pintor Nicolás Villacís y el actor Julián Romea.
Contiene el Real Casino además una magnífica colección de pinturas del siglo XX de los murcianos Germán Hernández Amores, Pedro Sánchez Picazo, Juan Antonio Gil Montejano, Obdulio Miralles que cuelgan de distintas paredes del Salón de Armas, del Congresillo, de la antesala del Salón de Baile y otros espacios.
El primer Presidente fundacional del Casino fue D. Juan López Somalo ( 1847-1849) en el viejo Palacete del Conde de Campohermoso.
El actual (de la foto) es D. Juan Antonio Megías García artífice de llevar a cabo la precisa restauración integral del Casino llevada a cabo entre los años 2006 al 2009, logrando que al finalizar las obras le fuera concedido al Casino el titulo de Real por el rey D. Juan Carlos I.