Es la palmera tipo “pipa” más tumbada del Palmeral ilicitano, y a pesar de sus cerca de 9 metros, se puede acceder a su copa andando sobre su tronco, al tener gran parte del mismo a ras del suelo.
Este ejemplar creció de forma vertical, pero un día se cayó y al seguir sus raíces bien incrustadas en el suelo continuó creciendo en esa posición. Para evitar podredumbres y facilitar su desarrollo fue apuntalada con dos trozos de tronco otra de otra palmera ya muerta.